Los Revuelos ganadora del torneo de galleras

Carlos Díaz y Jorge Díaz,
cuidador y casteador de Los Revuelos

Nicolás Lezcano

Carlos Díaz se resarció en última instancia, el Yayabo ganadores del Pollo de Oro y denunciados en Tenerife por descrestar.

Lamentamos empezar la reseña del fin de semana con la triste noticia del fallecimiento de Juan Francisco Montelongo, padre del cuidador Óliver Montelongo. Hombre cordial donde los hubiera y entusiasta seguidor de las proezas gallísticas de su hijo, sin duda su última gran satisfacción antes de dejarnos fue la brillantísima temporada que Óliver rubricó este año en Tenerife. Desde este rincón del gallista enviamos, en nombre de toda la afición, nuestro más sentido pesar a su esposa, Blanca, a Óliver y a toda su familia. Descanse en paz.

El pasado sábado, en Güímar, se celebró la segunda edición del Torneo de Galleras Tinerfeñas, donde esta vez se enfrentaron cuatro; Güímar, El Agujero, La Espuela y Los Revuelos, con la ausencia del Partido Norte. Cinco gallos cada una, diez combates. El premio era la taquilla pero sobre todo la satisfacción de medirse a esos otros equipos que durante la temporada no habían coincidido en contrata.

El ganador fue Carlos Díaz, al frente de Los Revuelos, que este año se había enfrentado en contrata al Norte sin fortuna, pero esta vez arrasó, imponiéndose por 4 ganadas y 1 tablas.

Carlos y Jorge Díaz, de Los Revuelos
y Eduardo Rodriguez y Lionel Sosa, de Güímar

En la primera riña de la tarde, un giro, repetido, de JD, de Los Revuelos, empezó dando pistas de lo que traían en los cajones, al derrotar a un gallino, de Los Amigos, por La Espuela. El gallino, ligado, con dificultades para pisar, no pudo mostrar su valía y duró más de lo esperado. 5’00’’.

En la segunda, un retinto, de Hnos. Sosa, de la gallera Güímar, perdió, tocado de cuerdas, ante un colorado, de Los Amigos, por La Espuela, superior en todo momento, que lo sentenció bastante antes de ser quitado en 3’25’’.

Tercera. Un colorado, de Manuel Hdez., de El Agujero, cayó ante un melado, de Palmerito II, de Güímar. El güimarero salió más ajustado, el arafero se afinó y lo paró, pero aquel salió respondón y lo finiquitó en 4’03’’.

Cuarta. Un colorado, de Peña Tejina, de El Agujero, perdió, remachado, sin mojar espuelas, ante un giro, peleado, de JD, de Los Revuelos, en 2’47’’.

Quinta. Un giro, de Palmerito II, de Güímar, y un giro, de JD, entablaron en un buen pleito que se deslució al arriarse ambos tras el octavo minuto.

Sexta. Un melado, de Manuel Hdz, de El Agujero, cayó de sentido por un giro, peleado, de Peña Los Revuelos, en 1’50’’, tras salir ambos como si se debieran dinero.

Séptima, y mejor duelo de la tarde, entre un colorado, de Diego Tabares, de la gallera Güímar, y un melado, que subía por novena vez a la valla, con cinco victorias en su haber, de peña Guadaña, por La Espuela

Solemne silencio en la grada, solo se oye el batir de las alas. El güimarero, acucarachado, picador y ladeador, nunca de frente, domina los primeros lances a un espartano que cuanto más lo cortan más se crece. En el tercer minuto el veterano, buscando resuello, sin luces de cruce, y más peligroso que un dron ruso no logra cazar al esquivo sureño, que desaprovecha su ventaja, hasta que el crono pone fin a la batalla, tablas, y sentida ovación del graderío.

Octava. Un colorado, de Peña Las Lajas, de Güímar, perdió con un blanco, peleado, de Peña Los Revuelos. Al güímarero, mal privado al minuto, le caminaba por dentro y, aún deambulando desorientado, apagó un faro del norteño el minuto tres, para finalmente ser quitado en 4’35’’.

Novena. Un giro, repetido, de espuelas naturales, de Peña Tejina, de El Agujero, entabló con un colorado, de Diego Tabares, de La Espuela. Por momentos ambos dieron los mejor de si y rubricaron una magnifica pelea.

Y en la décima, un giro, de Diego Febles, de El Agujero, derrotó a un colorado, de Los Amigos. El capitalino pareció sentenciado al segundo minuto pero volvió sobre sus fueros. “Hay riña ¡¡”, exclamó el juez Oval, pero el arafero terminó lo empezado, liquidando el asunto en 5’25’’.

Tras el torneo se procedió a la entrega de trofeos de las contratas de la temporada: Mejores casteadores; Alfredo Martin, Hnos. Sosa y Daniel Rodriguez, y Jorge Díaz. Y placas de reconocimiento a los casteadores El Puente y Los Amigos, cuya contribución fue vital para que La Espuela pudiese cumplir con su compromiso contractual tras la epidemia de viruela que hizo estragos en sus gallineros.

Diego Tabares es el decano de la gallística tinerfeña, y uno de los Siete Magníficos de Canarias, una institucion por si mismo. Esta temporada ni se le pelearon gallos y ni siquiera se le hizo el carnet federativo. Denostado y olvidado. Así tratamos aquí a quienes en su día velaron por nuestro deporte, nos legaron sus más nobles valores y deberiamos respetar y venerar. Cuando ya no esté le dedicaremos falsos homenajes y pamplinas.

Diego Tabares
con su colorado triunfador de la tarde

Denuncia del Seprona

Por otro lado, también en Tenerife, la Guardia Civil abrió diligencias a dos casteadores cogidos in fraganti descrestando, por posible maltrato animal. A quienes aún no se lo han tomado en serio, no se puede descrestar sin supervisión veterinaria. Está por ver si se trata de una falta leve o grave, porque la ley es susceptible de diferentes interpretaciones, y nos podemos llevar un buen susto. En Canarias necesitamos coordinarnos y tener un plan sanitario que garantice y certifique que nuestros gallineros están en óptimas condiciones. Si cada uno va por su lado volverán a repetirse hechos como este.

En Lanzarote se celebró la 22ª edición de El Pollo de Oro, torneo decano de Canarias donde, con nada menos que noventa tandas, y una vez más, la indeseable de cada año se volvió a colar en la fiesta dispuesta a aguarla.

La clasificación fue la siguiente;

1º Yayabo I, de Lanzarote, con 3 pollos ganados, 6 puntos, y un tiempo de 6’47’’.