Mar de fondo en la federación
Nicolás Lezcano
Cada semana comentamos jornadas y publicamos resultados pero nuestro compromiso con la actualidad gallística no puede obviar a la grada. Existen rumores de descontento con la Federación Gallística Canaria e intentaremos analizarlos.
Antes que nada queremos dejar sentado que tenemos una buena relación de amistad con todos los aquí referenciados y que siempre apoyaremos a la federación, cuya labor institucional en pro de nuestro deporte a lo largo de estos veinticinco años ha sido encomiable. De no haber sido por la ella, comandada por José Luis Martín, posiblemente no habríamos podido sobrevivir a los ataques abolicionistas, y ahora estaríamos perseguidos y peleando gallos en garajes.
Federación Gallística Canaria
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Logo de la FGC |
Reproducimos tal cual el texto que aparece en la pestaña “Historia” de la web de la FGC.
“Allá por el año 2000, se comienza a tomar conciencia de la precariedad de la organización del mundillo de las riñas de gallos en Canarias, con multitud de sociedades que en unos casos cuentan con toda su documentación en regla, en otros con muchísimos años de historia, pero sin documentación que lo justifique, etc. y en todos los casos sin un objetivo claro que defienda el interés común del mundo de los gallos, y a expensas de los vaivenes introducidos por los cambios en las correspondientes directivas a lo largo de los años, que en muchos casos han seguido políticas que nada tienen que ver con los intereses comunes, y que en algunos casos han afectado gravemente al normal desarrollo de esta actividad en Canarias. Por otro lado, el avance y modernización de la sociedad con el tiempo, exige que se cumplan un mínimo de requisitos para tener representatividad de cara a las Instituciones que nos gobiernan, sin los cuales no tenemos ningún peso, ni derecho a solicitar lo que legalmente nos corresponda.
Por todo lo expuesto anteriormente, se iniciaron en dicha fecha una serie de contactos con los responsables de todas las galleras del archipiélago, con el objetivo de crear e integrarnos todos en una federación, que como órgano superior legalmente establecido, nos representara ante quien fuese necesario, nos diese la fuerza de estar unidos, y acabara con el peligro de las arbitrariedades estableciendo unas reglas del juego democráticas, contenidas en los estatutos y normativas que de ellos se deriven.
La idea fue bien acogida por todos en un primer momento,
pero la falta de determinación para ponerla en práctica por unas u otras
causas, hizo que el proyecto quedara congelado.
En el año 2004, ante el aumento de la actividad
experimentado en Canarias, y como consecuencia de ello el aumento de conflictos
de carácter organizativo, se retoma de nuevo la idea y cristaliza en una
reunión celebrada en Las Palmas de Gran Canaria el tres de julio de 2004, con
amplia representación de las galleras implicadas, en la que se aprueba iniciar
el proceso de constitución de la Federación dando el visto bueno a un borrador
de estatutos y fijando un calendario de reuniones que continúa en La Palma el
24 de Julio de 2004 y culmina en Tenerife en octubre de 2004 ,con la firma del
acta fundacional, aprobación de los estatutos definitivos y nombramiento de la
Comisión Gestora. Iniciados de inmediato los trámites pertinentes, la Federación
Gallística Canaria queda inscrita en el Registro de Asociaciones del Gobierno
de Canarias en Abril de 2005. De acuerdo con lo establecido en los Estatutos se
inicia el proceso electoral que culmina en julio de 2005 con la asamblea general
celebrada en la Isla del Hierro, en la que se elige a la junta directiva y se
aprueba su programa de gobierno para los siguientes cuatro años.”
La Gallera en 2014 |
En 1961 el ayuntamiento Las Palmas llegó a un acuerdo con los antiguos propietarios de la gallera Cuyás, permutando el edificio por los terrenos donde hoy se erige el polideportivo, y a condición de que siempre fuese un espacio para las peleas, con posterioridad los donó al cabildo, que acometió las obras en 1970 del Complejo Deportivo López Socas, que desde entonces ha sido compartido principalmente por practicantes de lucha canaria, entre otros deportes.
Desde el 2007, la gestión de ‘La Gallera’ venía siendo
gestionada, bajo la fórmula de concesión administrativa, por la Consejería de
Deportes del Cabildo de Gran Canaria, a pesar de que la actividad que se
desarrollaba en la misma no podía considerarse como de carácter insular o
supramunicipal. Se hicieron reformas en las que José Luis Martín, presidente de
la FGC, se implicó, diseñando y logrando
que se construyeran cuatro dependencias para los en ese entonces únicos
partidos gallísticos que había en la isla.
En 2013, volvió a ser responsabilidad del Ayuntamiento de
Las Palmas de Gran Canaria como el conjunto de estas instalaciones deportivas,
después de que responsables insulares y municipales llegaran a un acuerdo al
respecto.
Es actual residencia del histórico Club de Lucha Guanarteme,
que desarrolla todas las actividades deportivas en ella como su principal
morador. Hasta 2013 también tuvo en ella su sede la Federación Insular de Lucha
Canaria, ahora trasladada al Estadio de Gran Canaria junto a las restantes
sedes deportivas.
Hoy es la catedral gallística de Canarias, y codiciada joya de
la corona. Los sábados se celebran, amparados por la FGC, por la mañana, la
contrata Liga Norte-Sur y por la tarde la Liga Insular Grancanaria, además de
seis torneos a lo largo de la temporada; y los domingos, organizado por Rony
Martínez, la Nueva Liga, con la férrea oposición de la federación, cuyas
gestiones han estado encaminadas a expulsar al dominicano de este espacio, y ha
dado lugar a esas cuestionadas represalias
a quienes asistan a sus eventos.
Hay pendiente una reunión al respecto entre José Luis Martín
y Clara Campoamor, concejal de deportes, esperemos que esta discordia entre
Jose Luis Martín y Rony, además de las cada vez más restrictivas normas
sanitarias y de bienestar animal, no
desemboquen en una ruptura con la concejalía y la imposibilidad de seguir
usando las instalaciones del mejor reñidero de las islas.
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Martín y De Paz en la asamblea general 2017 |
Nacido en La Palma afincado en Gran canaria pero actualmente trabajando en Ibiza, es el padre de la FGC. Inteligente y cultivado, buen orador y carismático, desde hace veinticinco años compagina su profesión de técnico de mantenimiento de aeronaves con sus funciones de presidente de la entidad gallística, contra viento y marea. Ha tenido que afrontar crisis domésticas con quienes él denomina “enemigos internos”, que cuestionan constantemente su gestión, y externas, ataques de animalistas y anteproyectos de ley que gracias a él no llegaron a materializarse. Consciente de ese desgaste hoy reconoce estar cansado, y en un cajón de su despacho guarda, desde hace diez años, su carta de dimisión firmada. Ya lo hizo una vez, junto a toda la junta directiva, y tuvo que volver a presentarse a la presidencia a falta de otras candidaturas. No se nos ocurre persona más preparada para desempeñar esa función, y desde aquí animamos a quien se sienta capacitado para hacerlo, que presente una lista electoral alternativa.
Al César lo que es del César, con sus luces y sus sombras, si hemos conseguido llegar hasta aquí ha sido gracias a él.
Frank de Paz
Integrante de la gallera La Libertad, junto a Nicolás Melini,
fueron los únicos que confiaron y siguieron a Martín en su odisea de crear la
FGC. Melini dejó los gallos y De Paz continuó junto a José Luis, dedicado sobre
todo a la logística y tesorería. Hace cinco años dimitió como
tesorero por motivos de salud, tras aquel susto que todos conocemos y que pudo
costarle la vida. Sus sucesores en el cargo, Pedro Luis García y Nasser Díaz
han tenido un papel más bien figurativo, y se le critica que
siga ahí, en la sombra, moviendo los hilos y tomando decisiones que ya no le
atañen. Preguntado al respecto Martín nos aclara que Frank es contable de
profesión, por lo que su ayuda en la gestión de las cuentas, como asesor es
impagable. De no ser así la FGC se vería obligada a contratar los servicios de
una gestoría.
Las Espuelas
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Espuela caramelo defectuosa |
En la asamblea anual ordinaria del año pasado, de cara a esta temporada 2025, la federación decidió implantar un nuevo modelo de espuela plástica, de color caramelo, a diferencia de la que se ha venido usando desde hace diez años, blanca. El motivo oficial fue que varios casteadores, principalmente palmeros, habían demandado una forma y color más acorde con la natural del gallo, de aspecto menos artificial, de cara a los animalistas, aunque en los mentideros se comentaba otra cosa; que alguien más estaba importando las blancas directamente desde Puerto Rico y ponía en peligro el monopolio de la federación en la venta de espuelas.
Desde la FGC se habló con el fabricante pero hacer una matriz con esas características para fabricar solo un par de miles al año no era rentable, así que con el molde existente solo se cambió el material, del color deseado. Se enviaron diez pares de prueba pero aquí no se sometieron al test de calidad de rigor, y se apresuraron a pedir dos mil, que se distribuyeron en las asociaciones a principio de temporada, y pasó lo peor. Durante la primera jornada de riñas se doblaron y partieron varias. Hubo protestas y la federación se comprometió a recoger todos los lotes de nuevas y reemplazarlas por las de siempre, pero al no tener suficientes en stock la gestión se demoró, con el consiguiente malestar general.
Afortunadamente, en el momento de publicar este escrito el problema está resuelto y las aguas han vuelto a su cauce.
Rony Martínez en la asamblea general 2016 |
Es un abogado y promotor gallístico que llegó a Gran Canaria hace veinte años desde Republica Dominicana. Ejerció como cuidador de la gallera Telde, de la que era Presidente José Luis Martín, entonces amigo y benefactor, y empezó a organizar, en el López Socas, una suerte de torneo semanal en el que cada participante iba por libre, aunque formalmente, y de cara a no sabemos quién, se falseaba una supuesta contrata entre galleras, todo con el beneplácito de la federación, además de uno o dos torneos anuales con gran poder de convocatoria por los elevados premios en metálico.
Pero por causas que no nos incumben la relación con su
mecenas se deterioró y de protegido pasó a rebelde, ignorando los protocolos
federativos y límites a la cuantía de sus premios, y desoyendo las llamadas de
atención, hasta que hace tres años fue expulsado de la FGC por un periodo de
cuatro.
Hoy continúa organizando su “Nueva Liga” cada domingo, salvo
cuando hay algún torneo federado. Es responsable del mega torneo Mojo Picón, y
hasta el año pasado del desaparecido Torneo de Primavera. Dentro de unos días implementará
un torneo de pollos llamado Cresta y Barba, al estilo dominicano. Cree firmemente
que con las leyes restrictivas que se están imponiendo, el futuro de las riñas
en Canarias es este tipo de competición, en la que los gallos pelean sin
afeitar.
Según sus palabras, Rony Martínez aboga por un liberalismo
absoluto en la convocatoria y celebración de eventos gallísticos, con las menos
reglas e intromisiones institucionales posibles. A nuestra pregunta de por qué
en sus eventos los gallos pelean en el suelo, contraviniendo nuestra tradición,
argumenta que ante la negativa de la FGC de prestarle o alquilarle la valla
tradicional se ha visto obligado a hacerlo así. Considera improbable una reconciliación
con la FGC mientras siga la misma junta
directiva.
Opinión
Las diferencias entre la FGC y el promotor dominicano se han
enquistado y si una vez hubo posibilidad de algún acuerdo hoy es impensable,
para perjuicio de toda la afición canaria, que atónitos asistimos a este rifirrafe
y padecemos las medidas que la entidad ha aplicado con el único fin de erradicar
a aquel y a sus innovaciones del Lopez Socas. Sus conflictos y esas nuevas sanciones que
prohíben la asistencia a los eventos no federados han dividido a la afición
entre quienes son leales a uno y temen
al otro.
Comentarios en los foros como “chiringuito familiar” o “directivos florero” en alusión a la entidad se oyen más de lo debido, sobre todo en Gran Canaria, donde más ha calado la represión federativa. Hay descontento, y en islas como La Palma se ha llegado a hablar de una escisión dentro de la misma y hasta de la creación de otra federación gallística paralela.
Creemos que la federación debe abogar por mantener una relación armoniosa con quienes la forman, que son todos los casteadores de las islas.
La decisión de imponer sanciones a quienes participen e incluso asista a eventos no federativos no ha gustado, ya que incluso se han negado erróneamente licencias. Aunque esta medida tenga un fin puramente disuasorio, nos parece excesiva y quizá no se ajuste a derecho, puesto que afecta a la libertad individual y el libre albedrío.
Apliquemos el sentido común. La licencia federativa nos proporciona defensa jurídica ante cualquier problema legal, además de un seguro de responsabilidad civil. Todo casteador que decida participar en esos otros eventos sabe que no está amparado por la federación, y si hubiese alguna denuncia, y ya las ha habido, no tendrá cobertura legal. Una razón de peso para planteárselo.
Quizá sea momento de aplicar más pedagogía y menos mano dura.
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